martes, 23 de noviembre de 2010

Cotilleos matutinos...


Esta mañana, por un momento me he sentido como si llevara bata de estar en casa, zapatillas y rulos en la cabeza...

Me he enterado de algo... uno de esos "cotilleos" que te dejan ojiplática y con la boca abierta... con los que solo aciertas a decir "que fuerte"...
Una información, que me afecta indirectamente, ya que son personas que estuvieron en mi vida en el pasado e influyeron plenamente en esa renovación tan beneficiosa que me ha convertido en la persona que soy ahora.

Y tengo un sentimiento contradictorio... por un lado debería de alegrarme, porque las cosas no les están hiendo bien, pero en realidad no puedo evitar, que al menos uno de ellos me de lástima...
En su día, ellos eligieron el camino, despegándose de todo, pero creo que nadie merece ser infeliz y engañado en la vida...

Por supuesto, yo no voy ha hacer nada al respecto. Esta noticia (por llamarla de alguna forma...) la contaré a las personas mas allegadas, pero en ningún caso, pienso interceder o investigar mas. De todas formas, y a pesar del daño sufrido en aquella temporada, sigo pensando bien de la persona en cuestión, y me cuesta creer que actúe de esa forma.

Es su destino, al que aquel camino les ha llevado... y del que, sintiéndolo mucho, se borró conforme pasaban, y no podrán volver. Fue su decisión...
Pero a mi, lejos de alegrarme, me sigue dando pena...

¿Seré demasiado buena? ¿O demasiado tonta? Mas bien lo segundo...

Y lo mas gracioso de esto, es que el jueves, tengo que dar un curso sobre los rumores y contarles, que no siempre son ciertos, que no los propaguen, etc... Si señor, y yo practicando con el ejemplo!

domingo, 21 de noviembre de 2010

Que bien empecé el día...

Viernes... las 9:30 de la mañana...

En clase, lejos de tu casa...

Y te pasa ésto... La bola del piercing rota en tu mano...


Y la vuelta a casa está prevista a las 21h...

Que haces? Resignación y disimulo, que eso se me da bien...

sábado, 6 de noviembre de 2010

Parada ocasional...

Hay ocasiones en las que es necesario detenerse, coger aire, y mirar el paisaje que nos rodea. No podemos vivir siempre corriendo, sin admirar nuestro entorno y reflexionar sobre él.

Hay que parar y dar una vuelta sobre nosotros mismos. A veces necesitarás un día entero y otras tan solo unos minutos.

Las cosas pasan por tu lado tan deprisa, que las vas cogiendo al vuelo, sin pensar, sin examinarlas, sin ver su belleza o lo podridas que están...

Pero hay que tomar medidas ante este parón... uno de ellos, es que no se prolongue demasiado y que no sea en seco… y otra es que sirva para algo… aunque solo sea para recuperar fuerzas…

Y esto es a lo que me he dedicado este fin de semana, tras unos días muy ajetreados.

Y he llegado a varias conclusiones, ya que desde hacía un tiempo no podía ver las cosas con claridad. Y es que, ya estoy cansada de tener que llevarme bien con todo el mundo, de tener que fingir que estoy cómoda ante determinadas personas, de tener que aguantar feos y malas caras, una tras otra… De tener que seguir considerando “amigos” a gente que no se lo merece…

Y también estoy cansada de sentirme obligada a hacer cosas que no me apetece hacer… de pensar que igual de aquí a un tiempo, me seguirá gustando tanto como antes… pero esas nuevas ganas en vez de aparecer, cada vez están más lejos…

Y sobre todo, estoy exhausta de poner esa buena cara, esa sonrisa que me sale sola, y que por dentro pienso que se está volviendo una costumbre…

No es la primera vez que me siento así, pero sí es la primera que he decidido parar, sentarme para respirar y plantarme.

Debo pensar más en mí, en lo que me apetece hacer y me sale del corazón…

Y así me veo reflejada, en el pirineo, sentada en el suelo en un entorno inmejorable, con los ojos cerrados y respirando hondo el aire fresco. Poniéndome las botas para seguir caminando hacia uno de mis destinos…