martes, 12 de julio de 2011

La empatía soñada...


Hace ya un largo tiempo que no escribo, y si os sincera, es claramente por falta de inspiración, de dedicación y temas interesantes. No es que no haya pasado nada en mi vida que me haya echo reflexionar, es simplemente que no lo veo lo suficientemente interesante como para relatarlo.

Mi máximo interés estos últimos años, ha oscilado sobre el comportamiento humano, el porqué la gente se comporta de una manera determinada, que le lleva a realizar determinados actos y no otros...
Hay un aspecto del ser humano, que me llama la atención y e investigado mucho sobre ello, las Habilidades Sociales. Todo aquello que usamos para relacionarnos en la sociedad. En su día tuve que formarme sobre ello para un tema de trabajo, pero me pareció tan interesante y sorprendente, que no he podido evitar seguir mirando más documentación sobre el tema.

Podría daros una charla sobre lo que son y los diferentes tipos (tengo un PowerPoint de 45 diapositivas que casi me se de memoria) pero en esta ocasión os voy ha hablar de algo en concreto: La Empatía.

¿Qué es la empatía? Pues en resumidas cuentas, es ponerse en el lugar de la otra persona, en su piel, para intentar entender como se siente la otra persona, por lo que está pasando, como le gustaría que le dijeran las cosas o lo que hiciéramos por el o ella.
La mayoría de las personas, en mayor o menos medida, disponemos de esta habilidad y la usamos a menudo, pero hay otras que carecen por completo de ella. No son capaces de mirar por los otros, y lo mas preocupante es que se sienten bien siendo como son, ya que no tienen sentimiento de culpa.

Más de uno, habrá ido al wc y viendo lo que allí se ha encontrado, habrá pensado en lo descuidada que es la gente y lo poco respetuosa, y es que muchos piensan que como no es su casa, luego no lo van a limpiar, y lo mismo apuntan a la taza, como a la pared... pero, ¿y la persona que después tiene que limpiar ese estropicio? Y si fuéramos nosotros los que trabajáramos en ese lugar, y no nos quedara mas remedio que limpiarlo? Seguro que nos lo pensaríamos dos veces... Pero claro, nadie piensa en ello, hasta que le toca...

Todos miramos a otro lado cuando una persona con muletas sube al autobús, esperando ansiosamente que sea otro el que le ceda el asiento... ¿y cuando nos toque a nosotros? No nos agradaría que nos dejaran el sitio?

Cada día es mas común encontrarnos con estos gestos de lo que podríamos llamar egoísmo, y más en tiempos de crisis...

Podríamos mirar mas por el resto de personas que nos rodean, hacer un pequeño reparto de nuestras pocas riquezas, compartir, ayudar, ser conscientes de que no todos somos iguales, no pensamos igual y no buscamos lo mismo, poner buena cara cuando nos levantamos por la mañana, no gritar a nuestros mayores cuando se quejan por sus dolores, saludar al conductor del autobús con un "buenos días" cuando entramos a las 8 de la mañana, dar las gracias cuando alguien nos sujeta la puerta del ascensor... pequeños gestos que hacen la vida mas agradable...

Pero sobre todo, deberíamos pensar las cosas varias veces antes de decirlas. Ésto es lo mas importante... Intentar retener esa ira que nos llega hasta la garganta y hace que la bola de malas palabras salga por la boca. Retenerla hasta el día siguiente, pensarlo bien y dormir. Siempre he dicho que las cosas se ven diferentes después de dormir, así que en esta ocasión, si que es mejor dejar para mañana lo que ibas a hacer hoy... porque quizá cuando vallas a hablar, no le des tanta importancia al asunto...

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